martes, 16 de febrero de 2010

Innovaciones éticas en el ámbito profesional, personal y como investigadores. Reflexiones sobre las lecturas de Rojas Soriano y Morín.

Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa


Centro de Estudios en Comunicación y Tecnologías Educativas


Maestría en Comunicación y Tecnologías Educativas


Sede: ILCE Puente



Módulo de Investigación


Trabajo parcial 1:

Innovaciones éticas en el ámbito profesional, personal y como investigadores.

Reflexiones sobre los textos de Rojas Soriano y Morín


Grupo: 02


Alumno: Luis Alfonso Romero Gámez


Tutora: Mtra. Rosario Freixas



15 de febrero de 2010.


Introducción.


El tema de la conciencia ética y la comprensión es importante porque resulta un eje central de la investigación, ya que nos ayuda a comprometernos con lo que indagamos y no verlo como algo meramente técnico.

Las reflexiones que se leerán a continuación fueron producto de las lecturas de Rojas Soriano (1992) y Edgar Morín (1999), giran en torno, primero, a la comprensión humana, la cual se puede lograr si nos vinculamos con lo que somos; en seguida, observamos que al entendernos, podemos lograr en consecuencia una conciencia ética; todo lo anterior lo argumentamos con innovaciones en nuestra vida profesional, personal y como investigadores que nos lleven a una distinguir de lo que es bueno y malo.


Desarrollo.

Nosotros consideramos que la comprensión es un valor fundamental para entender al ser humano, en otras palabras, es la manera que nos distingue y nos permite ser personas.

La comprensión, sobre todo, la intelectual, de acuerdo con Morín (1999) es aquella que permite:

Aprehender en conjunto, com-prehendere, asir en conjunto (el texto y su contexto, las partes y el todo, lo múltiple y lo individual). La comprensión intelectual pasa por la inteligibilidad.


En tanto que el Diccionario de la lengua española (2001) afirma que “comprender” significa: “abrazar, ceñir, rodear por todas partes algo”. Al respecto, ¿qué sucede con el tema en nuestros días? De acuerdo con Morín (1999) la incomprensión ha llegado a tal magnitud que, aunque estamos más comunicados con la tecnología: correo electrónico, fax, teléfono, etc., nos hemos vuelto más técnicos en torno a ésta y desprovistos de un pensamiento crítico, lo cual genera repercusiones tanto en nuestras vidas individuales como en nuestra vida colectiva: mientras que en lo individual nos vuelve egocéntricos, en lo colectivo, antidemocráticos, en virtud de que no se toman en cuenta las opiniones de la mayoría, sino tan sólo las de unos cuantos.

Ante tal situación nos preguntamos, ¿qué debemos hacer?, ¿cuál es nuestro papel como investigadores educativos?

Nosotros pensamos que como investigadores debemos vincular nuestra actividad profesional con nuestra condición humana, de tal manera que si se realiza un proyecto tecnológico, éste deberá tener un código de ética, con el cual se comprenden los alcances y limitaciones del mismo y, por lo tanto, se concibe como una tarea humana, no técnica.

Tal como sucede con un ejemplo de nuestra actividad como investigadores con el grupo de la UNAM en la FES Acatlán en el que impartimos la asignatura Literatura Europea Renacentista y buscamos probar la hipótesis de que el twitter puede funcionar como una TIC para enseñar literatura:

En un principio, los alumnos se mostraron renuentes a realizar esta actividad como trabajo semestral, señalaban que no le veían ningún sentido; todo cambió cuando hablamos en clase de la importancia de las tecnologías educativas y la trascendencia de concebir a éstas desde la óptica de la literatura, finalmente los alumnos se dieron cuenta que la actividad era provechosa, académica y funcional bajo parámetros éticos establecidos por el profesor y comenzaron a realizar sus páginas electrónicas.

En la medida en la que podamos vincularnos con nuestra condición humana podremos comprendernos a nosotros mismos y a los demás como lo muestra la siguiente innovación en el ámbito familiar:

Si sustituimos a un pariente cercano en una determinada actividad, vivimos sus preocupaciones, con lo cual, indudablemente, lo comprendemos, de tal manera que, nos resultarán muy allegados sus pensamientos, sus miedos y sus alegrías y actuaremos, en todo momento, con una conciencia ética hacia él.

Profesionalmente nos sucedió lo siguiente: en un inicio no ceñimos las características que debían de hacer como trabajo final los alumnos de una de las materias que impartimos, de pronto, al entregar el escrito, un estudiante cometió plagio en las ideas al bajar todo su trabajo de internet, sin citar nada, finalmente, bajo una conciencia ética, lo reprobamos y no tuvo más remedio que presentarse en el examen extraordinario del curso con un nuevo ensayo.

Si nosotros como docentes acotamos trabajos de investigación final con características muy precisas - que no se repitan semestre tras semestre o periodo tras periodo- , se podrá evitar el plagio, con lo cual los alumnos tendrán una conciencia ética implícita, porque tendrán que respaldar sus afirmaciones con citas textuales que digan los autores especializados, ya que será de vital importancia confrontar sus propias ideas con las de los críticos, de tal manera que a la larga pueda redundar en una mejora de la disciplina para investigar, lo cual provocará que finalmente se vea como algo normal el evitar el plagio.

Resulta importante citar a los autores de una obra determinada, porque de esa manera valoramos la actividad humana, ya que le damos el crédito a su escritor original, y a causa de que nos podemos nutrir de las reflexiones de otros, dándole su crédito y citándolo, por ello resulta trascendente evitar toda conducta no ética.

Si bien el plagio es algo alarmante como lo señala Rojas Soriano (1992), entre otras cosas, porque no hay una formación sólida en la investigación por parte de los alumnos, que trae como consecuencia, según el autor, que hasta profesionales de la docencia incurran en plagio, ya sea por desconocimiento o ya sea intencionalmente, dependerá de nosotros aprender y enseñar a valorar lo ajeno para que haya una comprensión de lo que hace el otro.

A pesar de que el ser humano avance tecnológica y científicamente debe tener una conciencia ética que nos vincule a nuestra esencia humana.



Conclusiones.

Este texto fue importante porque nos permitió reflexionar sobre nuestra conciencia ética y la comprensión humana, ya que evidenció que nos falta, como género, mucho para lograrlas, sobre todo en la investigación.

De igual forma pudimos darnos cuenta que la ética, producto de estas reflexiones, está presente en nuestra vida profesional, personal y como investigadores.

Podemos a comenzar a trabajar con estos conceptos si nos vinculamos con nuestra esencia humana, nos ponemos en el lugar del otro y lo comprendemos para, de esa manera, actuar éticamente.

De ahí que sea necesario tomar en cuenta que como profesionales de la investigación, debemos aprender a citar los trabajos de las otras personas, porque de esa forma reconocemos su labor, ya que podemos contrastar sus ideas con las nuestras, y dado que resulta un ejercicio para dialogar, por ello constituye un acto importante.

No solo basta mencionar lo anterior sucintamente sino también que estas reflexiones las podamos llevar a la práctica, porque solamente vinculándolas con el ejercicio de la investigación pueden llegar a buen término, ya que el indagar sobre cualquier tema de las ciencias sociales constituye todo un ejercicio práctico, por ello, no es suficiente pensar sobre estos términos, sino también ejercitarlos.


Referencias:

Morín, Edgar (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. UNESCO: Librería El Correo de la UNESCO.


Real Academia Española (2001). Diccionario de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe.


Rojas, Soriano, Raúl (1992). Formación de investigadores educativos. México: Plaza y Valdés.

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